Société Générale, el tercer mayor banco de Francia y uno de los más importantes de Europa, ha sufrido en los últimos años una serie de problemas económicos que han afectado a su rentabilidad y solvencia. La entidad ha tenido que hacer frente a las consecuencias de la crisis financiera global, la reestructuración de la deuda griega, las sanciones por violar el embargo a Irán y Cuba, y los escándalos por fraude fiscal y manipulación del mercado.
Uno de los episodios más graves fue el caso del operador bursátil Jérôme Kerviel, que en 2008 provocó unas pérdidas de 4.900 millones de euros al banco por realizar operaciones no autorizadas. El banco acusó a Kerviel de actuar solo y sin conocimiento de sus superiores, mientras que el operador se defendió diciendo que sus jefes eran conscientes y le animaban a asumir riesgos. El caso llegó a los tribunales y Kerviel fue condenado a cinco años de prisión y a devolver el dinero al banco.
Otro problema al que se enfrentó Société Générale fue la reestructuración de la deuda griega en 2012, que supuso una quita del 50% para los acreedores privados. El banco francés era uno de los más expuestos al país heleno y tuvo que asumir unas pérdidas de 1.100 millones de euros por este concepto. Además, el banco tuvo que reforzar su capital para cumplir con las nuevas exigencias regulatorias derivadas de la crisis.
En 2014, Société Générale fue multado por Estados Unidos con 1.300 millones de dólares por violar el embargo impuesto a Irán y Cuba entre 2003 y 2013. El banco reconoció haber realizado transacciones ilegales con entidades financieras e individuos vinculados a estos países mediante el uso de intermediarios y documentos falsos.
En 2016, Société Générale se vio salpicado por el escándalo conocido como Panama Papers, una filtración masiva de documentos que revelaba la existencia de miles de sociedades offshore creadas para evadir impuestos. El banco francés aparecía como uno de los principales intermediarios entre sus clientes y el despacho panameño Mossack Fonseca, responsable del montaje jurídico. El banco negó haber cometido ninguna irregularidad y aseguró haber respetado las normas fiscales vigentes.
En 2018, Société Générale fue multado nuevamente por Estados Unidos con 1.340 millones de dólares por manipular las tasas interbancarias Libor y Euribor entre 2005 y 2012. El banco admitió haber participado en un esquema fraudulento junto con otros bancos para influir en estas tasas que sirven como referencia para fijar el precio de préstamos e hipotecas en todo el mundo.
Todos estos problemas han afectado negativamente a la imagen y reputación del banco, que ha visto caer sus beneficios y su cotización bursátil en los últimos años. Société Générale ha iniciado un plan estratégico para mejorar su eficiencia, reducir sus costes e impulsar su crecimiento orgánico e internacional.
ha visto agravarse sus problemas económicos en marzo de 2023 por el efecto contagio del colapso de Silicon Valley Bank (SVB), una entidad estadounidense especializada en financiar a empresas tecnológicas. El banco francés ha reconocido tener una exposición de 2.500 millones de dólares a SVB, que se declaró en bancarrota tras sufrir una fuga masiva de depósitos y una caída del valor de sus activos .
La noticia ha provocado una fuerte caída de las acciones de Société Générale en la bolsa de París, que han perdido un 15% en una sola jornada. El banco se ha convertido así en el más afectado por la crisis financiera desatada por SVB, que también ha arrastrado a otros bancos europeos como Deutsche Bank, Monte dei Paschi o ING .
El gobierno francés y el Banco Central Europeo (BCE) han salido al rescate del banco, anunciando medidas extraordinarias para garantizar su liquidez y solvencia. El ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, ha afirmado que el Estado está dispuesto a inyectar capital público en Société Générale si fuera necesario, mientras que el presidente del BCE, Christine Lagarde, ha asegurado que la institución proveerá de fondos ilimitados a los bancos europeos afectados por SVB .
Société Générale se enfrenta así a una nueva crisis que se suma a los problemas que ya arrastraba desde hace años por su implicación en diversos escándalos financieros y fiscales. El banco ha pedido disculpas a sus accionistas e inversores por el grave error cometido al invertir en SVB y ha prometido revisar su estrategia y su modelo de negocio
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