WeWork es una empresa que ofrece soluciones de espacio de trabajo y oficina para particulares y empresas de todos los tamaños. WeWork se fundó en 2010 con la visión de crear una comunidad global de emprendedores, creativos y profesionales que pudieran compartir espacios, recursos e ideas. WeWork se expandió rápidamente por todo el mundo, llegando a tener más de 700 ubicaciones en más de 100 ciudades.
Sin embargo, WeWork también tuvo una serie de problemas financieros, de gestión y de reputación que pusieron en peligro su supervivencia. WeWork tenía un modelo de negocio basado en alquilar edificios a largo plazo y subarrendarlos a corto plazo, lo que le generaba una gran deuda y una dependencia de la demanda de sus clientes. WeWork también tenía un fundador y ex CEO, Adam Neumann, que fue acusado de tener un comportamiento errático, de malversar fondos y de inflar el valor de la empresa.
La crisis de WeWork se agravó con la llegada de la pandemia de COVID-19, que redujo drásticamente la demanda de espacios de trabajo compartidos y obligó a la empresa a cerrar muchas de sus ubicaciones. WeWork también se enfrentó a demandas de sus arrendadores, de sus empleados y de su principal inversor, el banco japonés SoftBank, que canceló un plan de rescate de 3.000 millones de dólares .
Finalmente, WeWork se declaró en bancarrota el 7 de noviembre de 2023, reconociendo deudas de entre 10.000 y 50.000 millones de dólares. WeWork solicitó la protección por quiebra en Estados Unidos, bajo el capítulo 11, que le permite reestructurar su deuda y seguir operando mientras busca un comprador o un socio estratégico. WeWork también anunció que cerraría todas sus ubicaciones en España, donde tenía 26 centros y más de 1.000 empleados .
La bancarrota de WeWork supone el final de una de las empresas más emblemáticas del sector del coworking, que prometía revolucionar el mercado de oficinas con espacios flexibles, innovadores y colaborativos. Sin embargo, WeWork también se convirtió en un ejemplo de los riesgos de una expansión descontrolada, de una mala gestión y de una valoración inflada. WeWork deja tras de sí un legado de miles de clientes, empleados y proveedores afectados, así como un sector que tendrá que adaptarse a los nuevos desafíos y oportunidades que plantea el futuro del trabajo.

