Silicon Valley Bank era una entidad financiera especializada
en ofrecer servicios bancarios a las empresas de capital riesgo y a las
startups tecnológicas de Estados Unidos. Fundado en 1983, el banco tenía más de
40.000 clientes y unos activos de 97.000 millones de dólares a finales de
20221.
Sin embargo, el banco se vio envuelto en una crisis sin
precedentes que desencadenó su quiebra y su cierre por parte de las autoridades
estadounidenses en marzo de 2023. ¿Qué pasó y cómo afectó a las empresas tecnológicas
que confiaban en él?
Según los informes, el detonante de la debacle fue una
auditoría interna que reveló un agujero contable de más de 10.000 millones de
dólares debido a préstamos impagados, inversiones fallidas y fraudes. El banco
no había dado señales de peligro antes y había mantenido una imagen de
solvencia y rentabilidad.
La noticia se filtró a los medios y provocó una corrida
bancaria masiva por parte de los clientes del banco, que temían perder sus
depósitos o sus inversiones. El banco no pudo hacer frente a la demanda y se
quedó sin liquidez. Además, el pánico se extendió al resto del sector
financiero y afectó especialmente a otro banco vinculado al mundo cripto:
Silvergate.
Las autoridades intervinieron para evitar un colapso mayor y
anunciaron el cierre del banco por falta de solvencia. Asimismo, aseguraron que
todos los clientes con depósitos inferiores a 250.000 dólares estarían
protegidos por el seguro federal y que podrían acceder a sus fondos sin
problemas.
Sin embargo, la situación fue más complicada para las
empresas tecnológicas que tenían cuentas o préstamos con el banco. Muchas de
ellas se vieron afectadas por la pérdida o el bloqueo temporal de sus recursos
financieros, lo que puso en riesgo su viabilidad o su crecimiento.
Según estimaciones del sector, las empresas tecnológicas
podían tener entre 20.000 y 30.000 millones de dólares depositados o invertidos
en Silicon Valley Bank. Algunas de las compañías más conocidas que eran
clientes del banco eran Facebook, Apple, Google o Netflix, pero también había
miles de startups emergentes o innovadoras que dependían del apoyo financiero
del banco.
El impacto económico y social de la quiebra del banco aún
está por determinar, pero se espera que sea significativo para el ecosistema
emprendedor e innovador estadounidense. Algunos expertos han comparado este
caso con el inicio de la crisis financiera global de 2008, cuando cayó Lehman
Brothers.
El futuro del Silicon Valley Bank es incierto. Se desconoce
si habrá algún comprador interesado en adquirir sus activos o si habrá alguna
investigación judicial sobre las causas y responsabilidades del fraude
contable. Lo que sí parece claro es que este episodio ha supuesto un duro golpe
para la confianza en el sistema financiero y para el sueño americano de crear
empresas exitosas desde cero.