El Banco Santander se ha visto envuelto en una polémica tras revelarse que el régimen iraní utilizó una cuenta abierta en su filial británica para financiarse y mantener relaciones comerciales con el exterior, saltándose las sanciones internacionales impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea. El banco español ha asegurado que no ha incumplido ninguna normativa y que ha cerrado la cuenta en cuanto tuvo conocimiento de los hechos.
Según una investigación publicada por el diario Financial Times, el Banco Santander y el Lloyds Bank proporcionaron cuentas a empresas propiedad de Petrochemical Commercial Company (PCC), una firma controlada por el régimen iraní y sancionada por Estados Unidos desde 2010 por su vinculación con el programa nuclear de Irán. Las cuentas se usaron para realizar operaciones financieras con empresas europeas y asiáticas, evitando el bloqueo de los sistemas de pago internacionales.
La cuenta del Banco Santander fue abierta en 2017 por un testaferro de PCC, un ciudadano británico de origen iraní que era el propietario al 100% de Pisco UK, una empresa registrada en Londres y dedicada al comercio de productos petroquímicos. La cuenta se abrió en el área de banca minorista del banco, es decir, como una cuenta particular, y no se sometió a los controles habituales de prevención de blanqueo de capitales y cumplimiento de sanciones.
La cuenta se mantuvo activa hasta finales de 2023, cuando el Banco Santander la cerró tras recibir una alerta de las autoridades británicas, que habían iniciado una investigación sobre las actividades de Pisco UK y su relación con Irán. Según el Financial Times, la cuenta movió alrededor de 500 millones de dólares en cuatro años, y se usó para pagar a proveedores de PCC en países como Alemania, Italia, China o India.
El Banco Santander ha emitido un comunicado en el que afirma que "no ha incumplido las normas de Estados Unidos en relación con las sanciones impuestas a terceros" y que "cumple con sus obligaciones legales y regulatorias". El banco ha añadido que "pone mucha atención en el cumplimiento normativo sobre sanciones impuestas a terceros" y que "no puede hacer comentarios sobre clientes".
La noticia ha tenido un impacto negativo en la cotización del Banco Santander, que ha caído un 5% en la Bolsa de Madrid, liderando las pérdidas del Ibex 35. El banco ha perdido el nivel de cotización que había alcanzado tras presentar sus resultados anuales, que arrojaron un beneficio récord de 8.019 millones de euros en 2023.
El caso del Banco Santander se suma a otros escándalos financieros relacionados con Irán, como el del banco francés BNP Paribas, que en 2014 fue multado con 8.900 millones de dólares por violar las sanciones estadounidenses contra Irán, Sudán y Cuba. También el banco holandés ING, que en 2012 pagó 619 millones de dólares por el mismo motivo.
Irán ha estado sometido a duras sanciones económicas por parte de Estados Unidos y la Unión Europea desde 2006, debido a su programa nuclear y a su apoyo a grupos terroristas como Hezbolá o Hamás. En 2015, Irán firmó un acuerdo con las potencias mundiales para limitar su actividad nuclear a cambio del levantamiento de las sanciones, pero en 2018 el presidente Donald Trump se retiró del pacto y volvió a imponer las restricciones, lo que provocó una crisis diplomática y una escalada de tensión en Oriente Medio.

No hay comentarios:
Publicar un comentario