El gobierno de Italia, liderado por Giorgia Meloni, ha aprobado un impuesto del 40% sobre los beneficios extraordinarios de los bancos, limitado a los años 2022 y 2023, con el que espera recaudar más de 2.000 millones de euros este año. La medida ha provocado una fuerte caída de las acciones de las entidades financieras italianas y ha arrastrado al resto del sector bancario europeo.
El impuesto se aplicará sobre la diferencia entre el beneficio neto de cada banco y el promedio de los beneficios netos de los últimos cinco años, multiplicado por un factor de 1,3. Según el gobierno, se trata de gravar los “multimillonarios beneficios extra” que han obtenido los bancos gracias a la subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE), que ha aumentado el margen de intereses de las entidades.
El ejecutivo italiano ha justificado el impuesto como una forma de contribuir al esfuerzo fiscal que se está haciendo para hacer frente a la crisis económica y sanitaria provocada por la pandemia de covid-19. Además, ha criticado al BCE por subir los tipos sin que ello se haya traducido en un aumento de los depósitos que perciben los ahorradores.
Sin embargo, el impuesto ha sido recibido con sorpresa y rechazo por parte del sector bancario, que lo considera injusto, arbitrario y contraproducente. Los representantes de las asociaciones bancarias han advertido de que el impuesto tendrá un impacto negativo sobre el capital, los beneficios y la solvencia de los bancos, lo que podría afectar a su capacidad de financiar la economía real y apoyar la recuperación.
Asimismo, han señalado que el impuesto podría generar inseguridad jurídica e incertidumbre regulatoria, lo que podría desincentivar la inversión extranjera en el sector bancario italiano. También han expresado su temor a que el impuesto se extienda más allá de 2023 o se aplique en otros países europeos.
El mercado ha castigado duramente a las acciones de los bancos italianos tras conocerse la noticia. El índice FTSE MIB, que agrupa a las 40 empresas más grandes de la bolsa italiana, ha caído un 2% este martes, arrastrado por el desplome de las entidades financieras. Los bancos más afectados han sido Intesa Sanpaolo y UniCredit, los dos mayores del país, que han perdido un 7% y un 6,5% respectivamente. Otros bancos como Banco BPM, Mediobanca o UBI Banca también han registrado caídas superiores al 5%.
La caída de la banca italiana ha tenido un efecto contagio sobre el resto del sector bancario europeo, que también ha sufrido pérdidas en bolsa. El índice Euro Stoxx Banks, que recoge a los 30 bancos más importantes de la zona euro, ha retrocedido un 1,5%. Entre los más perjudicados se encuentran Deutsche Bank, BNP Paribas o ING, que han bajado más del 2%. Los bancos españoles también han acusado el golpe, con caídas del 1,7% para Santander y del 1,6% para BBVA.
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