El gigante financiero estadounidense JP Morgan ha anunciado este lunes la compra de la mayoría de los activos del First Republic Bank, el segundo banco más grande de Estados Unidos, que fue intervenido por las autoridades el pasado viernes tras sufrir graves problemas de liquidez y solvencia.
Según el acuerdo, JP Morgan pagará 10.600 millones de dólares por los activos del First Republic Bank, que suman unos 307.000 millones de dólares, y asumirá sus pasivos. Además, JP Morgan se hará cargo de las operaciones bancarias del First Republic Bank, que cuenta con unos 5.400 empleados y más de 1.300 sucursales en todo el país.
El director ejecutivo de JP Morgan, Jamie Dimon, ha declarado que la compra es una oportunidad única para fortalecer su posición en el mercado estadounidense y expandir su red de clientes. “Nuestro gobierno nos invitó a dar un paso al frente, y lo hicimos”, ha dicho Dimon, quien ha asegurado que la operación no tendrá un impacto negativo en sus resultados financieros.
Por su parte, el presidente de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC), Jelena McWilliams, ha expresado su satisfacción por el acuerdo, que ha calificado de “la mejor solución posible” para proteger a los depositantes y evitar una mayor inestabilidad en el sistema financiero. McWilliams ha indicado que la FDIC tendrá que pagar unos 13.000 millones de dólares para cubrir las pérdidas del First Republic Bank del fondo de seguro de depósitos, que se financia mediante evaluaciones trimestrales de los bancos asegurados.
La intervención y venta del First Republic Bank es el segundo colapso bancario más grande en la historia de Estados Unidos, después del ocurrido en 2008 con el Washington Mutual, que también fue adquirido por JP Morgan. El First Republic Bank se vio afectado por la crisis hipotecaria, la pandemia de covid-19 y las malas prácticas financieras, que le llevaron a acumular una gran cantidad de activos tóxicos y a perder la confianza de sus clientes e inversores.
La operación ha sido bien recibida por los mercados, que han visto en ella una señal de confianza y solvencia por parte de JP Morgan y una forma de evitar otro caos bancario como el que se vivió en 2008. Las acciones de JP Morgan han subido un 3% en la apertura de Wall Street, mientras que las del First Republic Bank han quedado suspendidas de cotización.

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